En estas edades el crecimiento no es tan rápido como en las etapas anteriores. Es a los 6 o 7 años cuando el niño va a experimentar un nuevo “estirón”. El sistema muscular y nervioso sigue madurando, del mismo modo que la estructura ósea. El cartílago se va convirtiendo poco a poco en hueso y el resto de los huesos se van endureciendo. En esta etapa la dentadura de leche ya se ha completado y hacia los 6 años empiezan a aparecer los dientes definitivos, concretamente, la primera pieza que sale es un molar.
A los 4 años, el corazón triplica su peso con respecto al que el niño tenía en el momento de nacer. A los 6 años el encéfalo pesa el triple que el del neonato, a partir de este momento, este órgano, crecerá muy poco. Otros órganos y glándulas experimentarán un lento crecimiento, excepto los genitales, que se estacionarán hasta la pubertad.
La nutrición tiene mucha influencia en el crecimiento óseo, ya que las carencias en este ámbito pueden provocar retraso en el desarrollo de los huesos; por ejemplo una circunferencia craneal menor a la de un niño bien nutrido. También afecta a la evolución de los dientes.
- Desarrollo Psicomotor
- Desarrollo Afectivo y Pensamiento
- La Negación
- La Imitación
- El Egocentrismo
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