El niño de esta etapa va entendiendo que las cosas que creía como animadas y eran sus amigos o compañeros, se transforman en objetos inanimados, sin vida. Esto significa que el niño empieza a ser capaz de ver el mundo de forma más objetiva.
Con este aumento de objetividad adquiere la capacidad de empezar a definir las cosas. Está claro que no van a ser definiciones en toda regla y con un nivel de abstracción excelente, pero sí en función del uso y del material del que está hecho el objeto, etc. Por ejemplo, si se le pregunta "qué es una pelota" puede contestar que “la pelota es para jugar”; o al pedirle que diga "en qué se parecen pera y manzana", podría decir que ”las dos comen”.
La facilidad con que el niño olvida sus nuevos puntos de vista sobre las cosas hace que caiga en fáciles contradicciones y se confunda, lo que es normal. A esta edad la forma de razonar del niño es intuitiva. Lo que hace es trasladar experiencias recientes a cualquier situación o problema que se le presente. Por ejemplo, una niña de 4 años es reprendida por no comer. Su padre le explica que si come mucho crecerá más. La pequeña le pregunta si él también crecerá; cuando su padre le contesta que no, ella le pregunta "¿por qué si comes mucho?".
Afectividad
| La comprensión de la afectividad infantil es bastante compleja. Hay una especificidad, en el modo de sentir así como en el de pensar y actuar respecto a la del adulto, lo cual hay que tener en cuenta. En lo referente a la evolución de la afectividad infantil se pueden diferenciar cinco primeros estadios: 1. Nivel reflejo: desde el nacimiento hasta dos o tres meses. 2. Nivel emocional: desde 2-3 meses hasta 8-9 meses. 3. Nivel sensoriomotor y proyectivo: desde 1-2 años hasta 2 años 6 meses. 4. Nivel de representación: desde 1 año y 6 meses hasta 3 años. 5. Nivel de personalismo: desde 3 años hasta 6 - 7 años. Hay que decir que los límites de los estadios están admitidos de manera general, por lo que no son exactos. El nivel que aquí ocupa es el de personalismo. Dicho nivel está caracterizado por la construcción afectiva de la persona del niño, la cual se lleva a cabo a través de un proceso continuo. Tras su descubrimiento como persona, alrededor de los cuatro años el niño intenta valorarse, hacerse admirar por su exuberancia motriz. Sobre los cinco años entra en una fase de imitación, donde a través del aprendizaje de los roles, logra conocer las relaciones familiares y situarse dentro de ésta. En realidad, es la persona concreta, actuante y pensante del niño la que se desarrolla a lo largo de este estadio. La principal tarea de este estadio es la formación de la personalidad del niño, que éste tome conciencia de sí mismo. Su personalidad estaba confundida con las de los demás en el conjunto de relaciones afectivas y en esta etapa se opondrá para ser autónoma. Hay que señalar el papel esencial que tienen las relaciones interpersonales en este estadio. Desde el punto de vista intelectual, el pensamiento del niño en este estadio es global e indiferenciado. La inteligencia y la actividad permanecen más o menos confundidas Orientaciones educativas para este nivel: | |
 | A parte de que el educador ayude a despertar y estimular la formación de capacidades, algo muy importante y que también se hace en estadios anteriores, es fundamental que ayude a integrar todas esas capacidades en la personalidad que se esta formando. |
| Otra tarea importante es estimular la iniciativa propia y dirigir todas las capacidades del niño a su consecución, basándose en una autoestima y valoración por los demás, positiva. Hay ayudar al niño a que se dé cuenta de los logros anteriores, para que la autonomía y el sentido moral se asienten sobre ellos. |
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