Apretar y rechinar los dientes, es un hábito conocido como bruxismo, este hábito puede realizarse estando despiertos o dormidos. Cuando se realiza mientras se está despierto puede manifestarse de forma consciente o inconsciente; por otro lado, si se realiza mientras se duerme se manifiesta de forma inconsciente, generalmente durante la primera etapa de sueño que es más ligera y cesa cuando se entra en un sueño profundo.
Las consecuencias que traen consigo este hábito son el desgaste y deterioro de los dientes y/o muelas; pudiendo ocasionar también, problemas con las encías, problemas musculares o articulares de la región de la boca.
Los niños tienden manifestar este hábito alrededor de los 5 años de edad y generalmente desaparece conforme crecen, coincidiendo con el brote de la dentadura permanente por lo que si el bruxismo llegara a desgastar sus dientes, serían los de leche; en algunos casos el niño puede seguir padeciéndolo hasta ser adulto.
Cuando un niño rechina los dientes, sobretodo mientras duerme, los padres no tienen cómo saber que presenta este problema, a menos que duerman en el mismo dormitorio o el niño se queje de algún malestar en la zona de la boca, por lo que visitar periódicamente al odontólogo (dentista) debido a que él podrá ver si el niño presenta desgaste de sus dientes y/o muelas.
Las causas de este hábito son diversas pudiendo ser:
- Ansiedad o estrés emocional: un horario de actividades muy apretado, problemas sociales o familiares, un día muy agitado (sea positivo o negativo), baja tolerancia a la frustración, ver violencia en la televisión, temor de dormir solo o a oscuras, etc.
- Postura al dormir: pueden generar incomodidad que se manifiesta rechinando los dientes.
- Parásitos: el movimiento de los parásitos en la región del ano provocan escozor que generan incomodidad mientras se duerme (las lombrices se mueven más por las noches) y haciendo que el niño manifieste la incomodidad rechinando los dientes.
- Factores anatómicos alterados en la zona bucal.
El tratamiento recomendado depende de la causa que origina el hábito:
- Intervención psicoterapéutica para casos agudos de ansiedad o estrés emocional.
- Técnicas de relajación muscular para ayudar a reducir el estrés o ansiedad.
- Protectores dentales: hechos de goma para evitar el desgaste de los dientes y/o muelas.
- Técnicas de relajación como un baño relajante antes de dormir, escuchar música suave, etc.
- Observar si en alguna posición para dormir se manifiesta el bruxismo para cambiar de posición al niño mientras duerme.
Lo más importante es determinar la causa que origina que el niño rechine los dientes, para atacar el problema desde la raíz, si el problema es de índole emocional, colocarle protectores o prohibirle que lo haga no surtirá efecto, sólo se conseguirá erradicarlo a medida que se alivie la tensión del niño y corrigiendo los problemas emocionales.
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