El niño con TDAH tiene una gran dificultad o incapacidad para prestar atención y concentrarse, presenta un nivel superior de actividad dada su edad y es muy impulsivo. Estas conductas se manifiestan en al menos dos ambientes de su vida (casa, colegio, etc.) y los niños son más propensos a tenerlo que las niñas.
Mediante un correcto reconocimiento y tratamiento precoz de este trastorno, pueden evitarse problemas como disminución del rendimiento académico, abandono escolar, inadaptación socia] y desajuste emocional.
El TDAH es altamente hereditario y está relacionado más con la genética que con el entorno. Esto significa que su hijo puede ser travieso por querer serio, pero una conducta producida por este trastorno no es una elección.
Si tiene dudas, hable con su pediatra, su profesor o acuda a la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
Hay tres tipos de TDAH:
· Hiperactivo-impulsivo
· Inatento
· Combinado (hiperactividad, impulsividad e inatención)
No todos los síntomas son iguales en todos los pacientes, y pueden existir en diferentes grados de gravedad. A diferencia de un niño travieso, estos síntomas son más intensos de lo que se espera, se manifiestan en más de un lugar (colegio, casa, etc.) y suelen prolongarse por más de seis meses.
Déficit de Atención:
· Le cuesta mantener la atención en los detalles y comete errores por descuido en los deberes escolares y otras actividades.
· No parece escuchar cuando se le dirige la palabra.
· Evita comprometerse en actividades que requieren un esfuerzo mental sostenido.
· Se distrae con facilidad.
· Tiene dificultad para organizarse en sus tareas diarias
· Pierde materiales escolares con frecuencia (lápices, deberes, etc.).
Hiperactividad:
· No puede estar sentado en situaciones que lo requieren.
· Tiene dificultar para jugar o divertirse en silencio.
· Mueve las manos constantemente y cambia de postura con frecuencia.
· Está siempre en movimiento, como si estuviera con el "motor en marcha".
· Corre o salta excesivamente en situaciones inapropiadas.
· Habla en exceso.
Impulsividad:
· Actúa antes de pensar.
· Interrumpe conversaciones y juegos.
· Le cuesta esperar su turno.
· Responde antes de que se haya completado la pregunta.
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