El 90% de los niños no están listos para dejar el pañal antes de los 2 años, mientras que el resto suele hacerlo entre los 2 años y medio y los tres años, aunque hay niños que recién lo logran entre los 4 y 5 años. La mejor manera de ir descubriendo si tu bebé está listo para dejar los pañales es observar su conducta; hazte las siguientes preguntas:
- ¿Muestra interés? ¿Le baja al escusado, entra al baño contigo?
- ¿Tu bebé está molesto cuando está mojado?
- ¿Está seco por la mañana? Estar seco durante la noche es un signo de que los cambios frecuentes están terminando, y que tiene más control sobre su cuerpo.
- ¿Sabe cuándo necesita ir al baño? ¿Te avisa cuando quiere ir al baño? Algunos niños no lo hacen de manera verbal, sino que a lo mejor se empieza a mover o se esconde detrás del sofá, y de repente sale y te dice "me hice pipí". Eso quiere decir que ya comienza a reconocer las señales de su cuerpo.
- ¿Es más regular? Esto es un gran plus, porque quiere decir que está estableciendo un ritmo. Y así nosotros también podemos anticipar alrededor de qué horarios necesita ir al baño.
- ¿Está pasando por momentos de estrés? Esto es muy importante ya que lidiar con otro evento más puede ser demasiado para tu bebé, hecho que podría alterar o sabotear el proceso de aprendizaje de dejar el pañal. Algunos eventos altamente estresantes para el bebé son el divorcio, cambio de casa, dejar el chupón, comenzar a ir a la guardería.
- ¿Por qué es importante que él esté listo y que estemos listos nosotros? Cada bebé tiene su propio ritmo de aprendizaje, mismo que debe ser respetado, en el sentido de no presionarlo para que desarrolle determinada habilidad, por el simple hecho de que hay otros niños de su edad que ya la han adquirido. Presionar a tu bebé será más contraproducente que otra cosa.
Para empezar a entrenar a tu bebé ten en cuenta que el momento es de suma importancia. Evita hacerlo cuando te sientes muy cansada o estresada y cuando no tienes el tiempo y la paciencia necesarias para este proceso, de lo contrario se volverá una experiencia negativa y frustrante para el niño. Recuerda que ésta debe de ser una experiencia de logros y orgullo, un paso hacia la independencia y confianza de que tu bebé es (y se siente) autónomo.
- ¿Muestra interés? ¿Le baja al escusado, entra al baño contigo?
- ¿Tu bebé está molesto cuando está mojado?
- ¿Está seco por la mañana? Estar seco durante la noche es un signo de que los cambios frecuentes están terminando, y que tiene más control sobre su cuerpo.
- ¿Sabe cuándo necesita ir al baño? ¿Te avisa cuando quiere ir al baño? Algunos niños no lo hacen de manera verbal, sino que a lo mejor se empieza a mover o se esconde detrás del sofá, y de repente sale y te dice "me hice pipí". Eso quiere decir que ya comienza a reconocer las señales de su cuerpo.
- ¿Es más regular? Esto es un gran plus, porque quiere decir que está estableciendo un ritmo. Y así nosotros también podemos anticipar alrededor de qué horarios necesita ir al baño.
- ¿Está pasando por momentos de estrés? Esto es muy importante ya que lidiar con otro evento más puede ser demasiado para tu bebé, hecho que podría alterar o sabotear el proceso de aprendizaje de dejar el pañal. Algunos eventos altamente estresantes para el bebé son el divorcio, cambio de casa, dejar el chupón, comenzar a ir a la guardería.
- ¿Por qué es importante que él esté listo y que estemos listos nosotros? Cada bebé tiene su propio ritmo de aprendizaje, mismo que debe ser respetado, en el sentido de no presionarlo para que desarrolle determinada habilidad, por el simple hecho de que hay otros niños de su edad que ya la han adquirido. Presionar a tu bebé será más contraproducente que otra cosa.
Para empezar a entrenar a tu bebé ten en cuenta que el momento es de suma importancia. Evita hacerlo cuando te sientes muy cansada o estresada y cuando no tienes el tiempo y la paciencia necesarias para este proceso, de lo contrario se volverá una experiencia negativa y frustrante para el niño. Recuerda que ésta debe de ser una experiencia de logros y orgullo, un paso hacia la independencia y confianza de que tu bebé es (y se siente) autónomo.
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