Paz Cánovas, profesora titular de Teoría de la Educación de la Universidad de Valencia y miembro del comité científico del 'I Congreso Familia y Valores: Educando Ciudadanía', reflexiona sobre el notable incremento en la sociedad española de la monoparentalidad. La experta comenta que según datos del Instituto Nacional de Estadística, el 90% de familias monoparentales están encabezadas por mujeres
La educación en las familias monoparentales será uno de los temas que abordaran Fundació Claret, Universidad de Barcelona y la Obra Social de Caixa de Catalunya en el I Congreso Familia y Valores. El factor que más incide en el surgimiento de familias monoparentales son las situaciones derivadas del fin de la vida en común de la pareja, por muerte (47%) y por las crecientes separaciones y divorcios (26,6%), cuyo número incrementa cada año. A estas causas se añaden mujeres casadas (15,2%) y un nuevo tipo de situación que va en aumento, el de aquellas mujeres que desean tener un hijo en solitario (11,2%).
En opinión de la profesora Paz Cánovas 'este tipo de familia monoparental responde por lo general a un perfil de mujer con independencia económica, con un medio-alto nivel educativo y de más de 40 años'.
En cuanto a comunidades autónomas aparecen diferencias significativas, por ejemplo Cataluña, Baleares, Canarias, la Comunidad Valenciana y la Comunidad de Madrid se situarían por encima de la media nacional en relación a la mayor presencia de familias monoparentales encabezadas por una mujer. Por el contrario, Castilla León, Navarra, Extremadura, Castilla La Mancha, Galicia, La Rioja, Aragón quedarían por debajo de la media. Como en otros países la principal causa de monoparentalidad es la separación o divorcio, en nuestro país la viudedad sigue formando el grupo más importante de este tipo de familias.
Referirnos a la familia monoparental supone señalar la existencia en nuestra realidad de un modelo que si bien dista de ser reciente, actualmente va en aumento y lo que resulta novedoso es el reconocimiento público de la problemática que representa, así como sus implicaciones políticas y socioeducativas.
En otro orden de cosas, la monoparentalidad es una realidad compleja, heterogénea, cambiante que engloba diversidad de situaciones que son las que lógicamente propician su génesis. La familia, desde una perspectiva educativa, cumple el importante papel de ser el primer espacio que acoge al menor y también es el primer espacio educativo 'no sólo porque precede en el tiempo a cualquier instancia educativa, sino también en cuanto a su potencial en la formación de individuos. Aquello que ocurra dentro del contexto familiar en los primeros años va a tener una influencia decisiva en la vida posterior', como comenta Cánovas. 'La familia puede influir de manera positiva o negativa para el menor, sea monoparental o no, las relaciones afectivas vividas en la infancia y adolescencia van a influir, de modo decisivo, a la hora de canalizar nuestra posterior vida afectiva'.
Paz Cánovas dice que la revalorización de la familia implica nuevos modos de pensar la familia y su presencia en la sociedad, 'es necesario pasar de 'mirar a la familia a mirar con la familia' ello nos permitirá realizar un análisis más ajustado de sus necesidades y plantear marcos teóricos más flexibles que permitan integrar a las nuevas familias'. 'La sociedad del futuro—afirma la experta— necesita una organización social que sea al mismo tiempo más diferenciada y más integrada en las distintas esferas de la vida cotidiana, que son las que pertenecen al mundo vital de las personas'.
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