La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denuciado la presencia de sustancias "potencialmente peligrosas" en cuatro marcas de pijamas infantiles, según explica en su publicación 'OCU-SALUD' correpondiente al mes de abril y cuya noticia ya fue adelantada por Europa Press.
Tras un análisis realizado por la organización de consumidores de 14 pijamas para niños "con el objetivo de comprobar la presencia de productos químicos en la ropa" --en concreto se buscó la existencia de ftalatos, formaldehído, tintes peligrosos, benceno y metales pesados-- detectó que en cuatro había "sustancias potencialmente peligrosas".
Según explicaron a Europa Press fuentes de la OCU, se detectaron concretamente ftalatos "potencialmente peligrosos" en las siguientes prendas: Chicco (pijama de dos piezas con niña duchándose), Disney (dos piezas con el pez infantil 'Nemò), Sfera (body con impresión rosa y blanca) y Carrefour (dos piezas con el personaje 'Sir Arthur').
La OCU advierte que las sustancias químicas de la ropa "pueden llegar a afectar la salud de las personas". Y es que algunos productos químicos utilizados pueden entrar en contacto con la piel y causar irritación o alergias, sobre todo a los niños, que son especialmente sensibles. Otros de estos productos pueden entrar en contacto a través de la saliva, al chupar las prendas, como suelen hacer los niños. Varias sustancias están, por ello, prohibidas y otras muchas están cuestionadas por los expertos. Con todo, la OCU asegura que "no es imprescindible emplear estos productos". "Se puede fabricar ropa de calidad sin tóxicos", añade.
La OCU recomienda que el consumidor lave la ropa nueva antes de ponérsela por primera vez, lo haga con un detergente líquido, incoloro y sin perfume, use preferentemente ropa de algodón y se fije en el etiquetado de la prenda --las etiquetas europeas y Öko-test sí controlan la presencia de tóxicos en los tejidos, pero son difíciles de encontrar, explican la organización--.
No hay legislación
La OCU afirma que, aunque Europa está dando pasos "en la dirección correcta" al establecer un sistema de registro, evaluación y autorización para las sustancias químicas (REACH), y algunas cadenas de distribución dicen tener controles para no vender ropa que contenga sustancias perjudiciales, "la realidad es que no existe ninguna legislación que prohíba los ftlatos y el formaldehído en la ropa de los niños ni controles rigurosos independientes del producto que llega a nuestros mercados".
Los resultados de este estudio fueron trasladados al Instituto Nacional de Consumo y la Organización de Consumidores solicitó promover una legislación para tratar el tema, además de instar a la realización de más controles, sobre todo para la ropa de importación de países no europeos, y exigir que en las etiquetas de los productos se refleje la necesidad de lavar antes de usar
Tras un análisis realizado por la organización de consumidores de 14 pijamas para niños "con el objetivo de comprobar la presencia de productos químicos en la ropa" --en concreto se buscó la existencia de ftalatos, formaldehído, tintes peligrosos, benceno y metales pesados-- detectó que en cuatro había "sustancias potencialmente peligrosas".
Según explicaron a Europa Press fuentes de la OCU, se detectaron concretamente ftalatos "potencialmente peligrosos" en las siguientes prendas: Chicco (pijama de dos piezas con niña duchándose), Disney (dos piezas con el pez infantil 'Nemò), Sfera (body con impresión rosa y blanca) y Carrefour (dos piezas con el personaje 'Sir Arthur').
La OCU advierte que las sustancias químicas de la ropa "pueden llegar a afectar la salud de las personas". Y es que algunos productos químicos utilizados pueden entrar en contacto con la piel y causar irritación o alergias, sobre todo a los niños, que son especialmente sensibles. Otros de estos productos pueden entrar en contacto a través de la saliva, al chupar las prendas, como suelen hacer los niños. Varias sustancias están, por ello, prohibidas y otras muchas están cuestionadas por los expertos. Con todo, la OCU asegura que "no es imprescindible emplear estos productos". "Se puede fabricar ropa de calidad sin tóxicos", añade.
La OCU recomienda que el consumidor lave la ropa nueva antes de ponérsela por primera vez, lo haga con un detergente líquido, incoloro y sin perfume, use preferentemente ropa de algodón y se fije en el etiquetado de la prenda --las etiquetas europeas y Öko-test sí controlan la presencia de tóxicos en los tejidos, pero son difíciles de encontrar, explican la organización--.
No hay legislación
La OCU afirma que, aunque Europa está dando pasos "en la dirección correcta" al establecer un sistema de registro, evaluación y autorización para las sustancias químicas (REACH), y algunas cadenas de distribución dicen tener controles para no vender ropa que contenga sustancias perjudiciales, "la realidad es que no existe ninguna legislación que prohíba los ftlatos y el formaldehído en la ropa de los niños ni controles rigurosos independientes del producto que llega a nuestros mercados".
Los resultados de este estudio fueron trasladados al Instituto Nacional de Consumo y la Organización de Consumidores solicitó promover una legislación para tratar el tema, además de instar a la realización de más controles, sobre todo para la ropa de importación de países no europeos, y exigir que en las etiquetas de los productos se refleje la necesidad de lavar antes de usar
La Vanguardia 08/04/08
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