Al ser el segundo embarazo la mamá está más preparada porque ya sabe lo que le espera, esto hará que los nueve meses sean más tranquilos y relajados, sin las inquietudes de ciertos aspectos desconocidos para una primeriza.
Tendrás oportunidad de volver a experimentar las sensaciones únicas y los sentimientos que otorgan el embarazo y el parto. Crear una vida es algo maravilloso, pero tener en tu vientre a tu bebé, invitarle a conocer a su hermanito y a sus papás y disfrutar de las cosas que da la vida, no se queda corto.
Si los hermanitos se llevan poco tiempo, el esfuerzo de educarlos y sacarlos adelante se verá concentrado y después podrás disfrutar con tu pareja más tiempo, además el hermano mayor encontrará un aliado, un compañero de juegos y por qué no, un confidente.
Aunque también hay ciertas desventajas que pueden ofuscar esta decisión, pues si tu primer embarazo fue complicado, puedes sentir miedos que son difíciles de controlar.
Los niños además de dar alegrías, dan mucho trabajo y naturalmente, si tienes dos hijos tendrás el doble de labores que realizar, en la comida, la higiene, etc. Los gastos también se duplican, aunque si son del mismo sexo puedes ahorrar algo en la ropa.
El primogénito no siempre toma bien la llegada de un hermanito, sabe que ya no será el centro de atención, que tendrá mucho que compartir y de lo que prescindir, así que su comportamiento puede cambiar a peor demostrando celos o malas conductas.
Si con un hijo tienes poco tiempo para ti y tu pareja, con dos las cosas también se agravan, tampoco será tan fácil que los abuelos se queden con ellos si no se sienten con las fuerzas necesarias.
Éstas son algunas de las ventajas y desventajas que cada familia debe valorar pero nunca poner en relevancia. La balanza siempre pesa más hacia el lado positivo, un hijo siempre enriquece a la familia.
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