Dentro del desarrollo infantil el control de esfínteres es un entrenamiento que se aprende y puede resultar muy fácil, sin embargo debe considerarse una etapa donde los niños se caracterizan por un pensamiento egocéntrico, matizado por la fantasía.
Consideran que ellos y sus acciones rigen su entorno, son posesivos, y toman a las personas como objetos y espacio como propios.
Así mismo, en esta etapa existe una autoafirmación y tienden a oponerse ante las reglas y normas, por lo que se rehúsan abiertamente a seguirlas.
Esto hace que una sencilla tarea como aprender a controlar los esfínteres puede estar afectada por el pensamiento y la conducta, pero además convertirse en una lucha entre padres e hijos.
Los pequeños perciben que a través de este entrenamiento poseen el poder y la atención que demanden. Con este pensamiento tan característico pueden considerar que sus desechos son algo valioso y no quieren desprenderse de ellos.
Existen algunos factores que pueden afectar a que este entrenamiento se lleve a cabo, por ejemplo:
-La llegada de un nuevo hermanito.
-Divorcio o separación de los padres.
-Cambios de casa ó escuela.
-Variaciones en la rutina.
Se considera que en esta etapa del entrenamiento se van desarrollando las capacidades de dar y recibir, donde el pequeño será capaz de desprenderse de algo que es suyo y dejarlo.
La actitud de los padres será uno de los pilares para el entrenamiento, ya que al no enojarse, el ser flexibles y persistentes, permitirán al niño a poseer confianza y estima en sus logros.
¿Cuándo puedo empezar el control de esfínteres?
Se considera que los niños a partir del año y ocho meses son capaces de aprender el control de esfínteres, y este puede hacerse hasta los 3 años de edad.
Si los niños acuden a una escuela o guardería esta será de gran utilidad para ayudarlos al inicio de este proceso. Si no es así, es importante que los padres establezcan una rutina en casa para ayudarlos en este aprendizaje. Una vez que se ha establecido una rutina, ya sea sentarlos durante unos minutos en el baño, llevarlos cada media hora, dejarlos sólo con el calzón de tela, etc., es importante que los padres les cuenten cuentos, canten, etc. y en caso de haber una respuesta positiva echarle porras, felicitarlo, para hacerles sentir que lo que ha hecho es muy bueno. En caso de tener accidentes o no lograr el objetivo en la primera ocasión, es necesario no regañarlo, ya que esto puede reforzar una conducta negativa.
Consideraciones.
Es importante tomar en cuenta y observar algunas actitudes en los niños antes de iniciar con el entrenamiento.
-El niño puede permanecer seco por más de dos horas y durante la siesta.
-Tiene un horario regular para orinar o defecar.
-Expresa con palabras que está sucio o le molesta estarlo.
-Quiere sentirse más grande, es decir, quiere imitar a los adultos o hermanos mayores e ir al baño y sentarse.
-Entiende instrucciones sencillas, puede manipular su ropa y es capaz de desplazarse hacia el baño.
-Es importante que los padres establezcan una rutina y sean consistentes.
Los regalos pueden ser utilizados para reforzar el entrenamiento, sin embargo debe recordarse que estos no sustituyen un alabo por parte de los padres, por lo que un abrazo y un beso serían una mejor opción. Pueden establecerse calendarios de estrellas y al cabo de un periodo darle un pequeño obsequio ya sea material ó bien, llevarlo al cine, parque, centro de diversiones, etc.
Al final del entrenamiento cuando ya ha logrado el objetivo del entrenamiento, felicitarlo y ponerle estrellas a un dibujo puede ser de gran utilidad y de alguna forma marque esta transición.
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