Es la interrupción completa del flujo nasobucal.
Existen dos tipos de apneas, la obstructiva y la central.
La obstructiva (SAOS) es una obstaculización en las vías aéreas respiratorias por un crecimiento anormal que sólo está presente durante el sueño.
Las personas cuyos tejidos de la garganta como la campanilla, lo que rodea el paladar largo, así como la lengua, cualquiera de estos puede ser muy grande, provocando una resistencia a que el aire pase, lo que ocasiona el ronquido.
Si el ronquido avanza, esa obstrucción llega a ser completa y no pasa el aire generando la presencia de estas apneas.
Hay personas que dejan de respirar 20 veces, por hora de sueño, hay quienes dejan de hacerlo 10 veces, eso se considera un problema leve, 20 en promedio es moderado y más de 30 es severo, pues se presentan casos en donde el paciente deja de respirar 100 veces en una hora.
Por otra parte, la apnea central tiene que ver con una disfunción de los centros respiratorios a nivel del sistema nervioso central, el cerebral, nuestro cerebro tiene centros que regulan la actividad cardiaca y la actividad respiratoria. Entonces en la central el cerebro no manda la señal para que se respire .
Este tipo de apnea que presentan los neonatos que mueren durante el sueño, denominado síndrome de muerte súbita infantil o muerte de cuna, tienen un sustrato de este tipo de alteración respiratoria de apnea central.
Los niños con SAOS no presentan generalmente apneas ni dificultad respiratoria en vigilia, pudiendo estar asintomáticos o presentar tan sólo signos de obstrucción respiratoria alta (obstrucción nasal con respiración oral, voz nasal,...)
Durante el sueño los niños con SAOS suelen preferir dormir sentados o con muchas almohadas, el sueño es intranquilo con respiración generalmente por la boca, con ronquido, apneas y episodios de despertar, continuos movimientos del cuerpo, y en ocasiones sonambulismo, pesadillas, enuresis y aumento de actividades parafuncionales (bruxismo).
Los episodios de apnea-hipopnea se caracterizan por un aumento importante del esfuerzo respiratorio con disminución o desaparición del ronquido, hipoxemia y bradicardia progresiva. El episodio apneico finaliza con un ronquido intenso, reanudándose la corriente de aire, disminuyendo el esfuerzo respiratorio y taquicardia brusca.
Las manifestaciones clínicas más frecuentes secundarias al SAOS son:
- Somnolencia diurna: letargia o ataques de sueño
- El niño con SAOS también puede parecer hiperactivo durante el día moviéndose continuamente para no caer dormido.
- Cefalea matutina.
- Modificaciones de la conducta y del carácter: irritabilidad, pérdida de alegría,...)
- Encefalopatía hipóxica: el daño neuropsíquico puede ser variable en intensidad y manifestarse como una disminución en el rendimiento escolar (descenso de la atención, de la capacidad de concentración y de memoria) o, menos frecuentemente, en los casos severos, como una encefalopatía importante.
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