Un día, porque los cambios siempre empiezan así, una matrona planteó "si la OMS dice que es IMPORTANTE INICIAR LA LACTANCIA MATERNA Y EL CONTACTO PRECOZ ¿POR QUE NO LO HACEMOS AQUí? Así es que un grupo de matronas de este hospital nos decidimos por el cambio. De esto hace ya 9 años. Los cambios no son fáciles. Todos pudimos leer los estudios que demuestran la lista interminable de beneficios de la no separación, pero nunca habíamos hecho otra cosa que cortar el cordón y colocar a los bebés en una cuna térmica. Así que no separarlos nos colocaba de nuevo en una situación de aprendizaje, de alerta. Sentíamos que todo el mundo estaría observándonos y no era fácil asumir la responsabilidad. Teníamos que ver con nuestros propios ojos que podíamos hacerlo. No cortar el cordón de inmediato y dejar al bebé sobre la piel desnuda de su madre, arroparlos y dejarlos estar juntos. Qué sencillo y qué difícil.
La solución para nosotras estuvo en realizar un estudio de investigación, que consistió básicamente en observar dos grupos diferentes. En uno los bebés eran separados de sus madres y colocados bajo un foco de calor mientras que los bebés del otro grupo permanecían ininterrumpidamente con su madre tras el parto. En el Hospital escuchamos todo tipo de comentarios: "los niños se enfriarán y tendremos un problema", "las madres se dormirán y espachurrarán a los bebés"...
El estudio concluyó lo que tod@s imagináis y desde ese momento los bebés no son separados de su madre al nacer.
Y así seguimos con cada una de las recomendaciones de la OMS: no enemas, no episiotomía, monitorización intermitente, libre deambulación durante la dilatación... Al principio lo hacíamos en el silencio y soledad de la noche cuando es más fácil trabajar con independencia. Cuando ya teníamos seguridad en nosotras mismas pudimos hacerlo con descaro y a los ojos de la gente para que vieran que lo que estábamos haciendo era mejor y no pasaba nada. Hacerlo con la complicidad de las compañeras era un plus, indudablemente. Los ginecólogos al ver que asumíamos responsabilidades nuevas, tomábamos la iniciativa y veían mejores resultados, asumieron que el cambio era necesario. Hoy en Úbeda se trabaja siguiendo las recomendaciones de la OMS para el parto normal.
Por contra nunca obtuvimos el apoyo de nuestros gestores centrados en otros objetivos y que desoían año tras año nuestras peticiones de, por ejemplo, tener un taburete para el parto vertical o una bañera para el control del dolor, limitaciones que supimos suplir con cierta dosis de ingenio: No teníamos taburete, pero sí había un silloncito bajo del acompañante que permitía a la mujer ponerse en cuclillas; no había bañera, pero sí había una ducha amplia que estaba casi olvidada en un rincón y que hoy en día es la delicia de las parturientas.
- Una buena información y formación sobre el tema. Hoy está disponible para todos, hay que ponerse, pero tod@s podemos aprender cada día.
- Tener la convicción de que lo que vas a hacer nuevo, es posible. En definitiva creerte los artículos y recomendaciones.
- Tener un modelo en que fijarte ayuda. Tener un compañero/a que te dé un pequeño empujón o conocer otros hospitales donde se han operado cambios importantes y se ha intentado aproximar la actuación a la evidencia científica disponible. Hablar con compañer@s, estudiar otros sistemas de atención...
- Tener apoyo institucional ayuda, aunque tal como hemos demostrado no es lo más importante. Para cambiar prácticas no hace falta dinero. Es más importante tener buena disposición y una buena dosis de imaginación.
- Empezar a experimentar en la intimidad. Que nadie te incordie hasta que tú misma empiezas a creértelo; la evidencia está ahí, pero la práctica es lo que nos da seguridad, lo que te hace creer profundamente que es posible y que es mejor. En la intimidad se puede lograr confianza para cambiar las cosas drásticamente incluso en un macrohospital.
- Mostrar con descaro que lo sabes hacer bien. Cuando los profesionales sanitarios leemos la evidencia queremos creer. Cuando la aplicamos unas cuantas veces creemos y nos sentimos capaces, ahora sí, de apelar a tal o cual estudio para explicar el porqué de nuestras actuaciones. Los comentarios sobre los cambios corren como la pólvora por el entorno hospitalario, las mujeres que han dado a luz también lo comentan y entonces algún jefe te preguntará por qué haces esto o lo otro. En ese momento puedes decir sin miedo que lo que haces está basado en tal artículo o documento y que es por el momento lo mejor que puede ofrecerse. Vences esa barrera, lo haces un par de veces más de día y ya creas una norma de trabajo que muchas compañeras pueden imitar y seguir. Recuerdo unos de mis primeros partos en la cama. Se asomó el jefe de servicio preguntando que qué hacia. Respuesta: "una de las nuevas prestaciones del proceso asistencial de embarazo parto y postparto de la consejería". Cerró la puerta y se marchó sin decir nada. Hoy día preguntan ¿me puedo quedar para verlo?
- Seguir estudiando y difundir el mensaje a diestro y siniestro. Realizar estudios de investigación y publicarlos. Para extender una forma de atención más segura, apoyar a los que pretenden operar cambios en este u otros entornos sanitarios y hacer más fuerza.
El cambio es posible y puede hacerse.
Antonio L. Muñoz
Matrona del Hospital de Úbeda
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