El doctor Franco Sánchez-Franco, jefe del Departamento de Medicina y del Servicio de Endocrinología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, es muy estricto en este sentido: “Toda mujer que planifique quedarse embarazada debe solicitar a su médico un estudio de la función tiroidea”. Y es que el hipotiroidismo no sólo es causa de infertilidad o subfertilidad, sino que, además, afecta al desarrollo del feto y aumenta considerablemente el riesgo de sufrir un aborto durante el primer trimestre del embarazo.
El tema en cuestión no es hacernos las pruebas (si nos lo recomienda nuestro médico) sino que la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos estableció en 2002 administración de tiroxina(que el organismo no es capaz de fabricar por sí solo) en forma de pastillas y de una forma gradual a todas las embarazadas, tengan antecedentes genéticos o no de esta enfermedad.Y este tema de la medicación como prevención es susceptible de debate también a nivel científico.
Algunos estudios señalan que todavía hace falta mucha más información para asegurar que la ingesta de tiroxina influye en la fertilidad, pero lo que nadie pone en tela de juicio es la relación directa que existe entre hipotiroidismo e infertilidad.
Por lo tanto, es un dato importante a que tengan en cuenta todas las potenciales embarazadas y las recién embarazadas.
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