La música le permite al niño conocer el lenguaje de los sonidos, que constituye otro medio con el que también puede expresarse, además de la comunicación verbal y el juego.
El niño puede experimentar diversos estados de ánimo al escuchar melodías que induzcan la tranquilidad, el movimiento, la alegría, la tristeza, la ternura, la fuerza. Además , le dará la oportunidad de saber con mayor certeza lo que siente en algunas ocasiones. Por otra parte, despertar a la sensibilidad auditiva y musical no se reduce a la actividad de escuchar, que genera sensaciones y emociones y brinda la posibilidad de disfrutar al descifrar los mensajes que entrañan; también se relaciona con la actividad de ejecutar, ya que el niño se encuentra apto para expresarse mediante signos y sonidos musicales a través de la vocalización , el baile, la expresión corporal de sonidos y los instrumentos.
A partir de los siete u ocho años, el niño está capacitado para desarrollar destrezas técnicas específicas para aprender a tocar un instrumento, pues a esta edad aumenta su capacidad de concentración y está listo para asumir un aprendizaje que implique ciertas exigencias.
Es pertinente aclarar que los especialistas recomiendan que el niño comience el acercamiento a la música entre los tres y los cuatro años de edad, período durante el cual disfruta espontáneamente de la imaginación y de la fantasía, las cuales se pueden explotar en beneficio de la música.La forma ideal de comenzar a aprender música es mediante el juego, pues de esta forma no se frena la libertad del niño.La música primero se siente; por ello el compositor o el ejecutante tiene la capacidad de transmitir sentimientos , además de conocimientos.
Para lograr un aprendizaje óptimo, se reconienda que se le de al niño libertad para que explore objetos que produzcan sonidos. Generalmente, entre los tres y los cuatro años de edad puede transformar algunos de ellos -por ejemplo, ollas, botes, tapaderas- en originales instrumentos musicales. Posteriormente, a los siete u ocho años o un poco antes, el pequeño elegirá un instrumento por decisión e iniciativa propias y en función de sus gustos y capacidades. Es recomendable que los padres eviten forzar al niño a escoger un instrumento con el que no se sienta cómodo. Asimismo, se puede considerar la opción de que comience su aprendizaje con un profesor o profesora de música.
Entre las múltiples ventajas que genera el aprendizaje de la música está la de ser un complemento del desarrollo infantil, ya que prepara al pequeño poco a poco para ser más sensible al movimiento y al ritmo.El niño aprende a disfrutar de los sonidos armónicos, del canto, de la danza y de la ejecución de un instrumento, lo que a su vez favorece el desarrollo de su autoestima.
Asimismo, la música le ayuda a encontrar su propio ritmo y a desarrollar una personadidad plena y sensible; le permite liberar energías, canalizándolas por medios más prácticos, y a encontrar sus propios recursos creativos; también favorece la comprensión y expresión del lenguaje oral y fomenta la socialización y la comunicación.
Artículo extraido de "Cómo estimular la inteligencia de sus hijos"
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