Una de las complicaciones que a menudo se puede observar en la infancia es el estrabismo, que es la desviación de un ojo que mira hacia un lado mientras que el otro fija la mirada. En definitiva es lo que llamamos persona bizca. No buscar solución a tiempo puede provocar que el niño quede hasta ciego.
Entre las clasificaciones de este trastorno están: la congénita y el modo adquirido, que se produce por trauma ocular. Esta clase de estrabismo -llamado estrabismo acomodativo- se puede corregir con el uso de lentes especiales.
Con referencia al paciente que usa este tipo de lentes, la especialista Jesenia Matos explica que si se le quita el lente, tuerce la vista, mientras que cuando se le vuelve a poner se le enderezan los ojos de nuevo. Sobre el estrabismo congénito dice que para tener una visión correcta es necesario hacer una cirugía, pero aclara que se trata de un procedimiento bastante sencillo, tanto que el paciente se marcha a su casa a la mañana siguiente.
Al hablar del famoso ojo vago o ambliopía, Matos comenta que es otra de las clasificaciones que pueden acompañar a un niño a temprana edad. El infante que no ha sido evaluado puede desarrollar una ambliopía, que no es más que el ojo que no aprende a ver, y que después de los siete años se convierte en un ojo de adulto.
Sostiene la especialista que por ello es que es recomendable que cuando se observe algo anormal en los ojos del niño, se lleve a tiempo a un oftalmólogo, ya que cuando se busca ayuda a tiempo cualquier trastorno se puede corregir.
En el caso específico de la ambliopía, asegura que con un simple parchado en el ojo se puede obtener una mejor visión, pues este método sirve para que el ojo vago se estimule. “Es algo sumamente sencillo, pero hay que ir a tiempo al médico”, puntualiza.
Matos explica que la ambliopía no produce síntomas muy obvios, y por eso para los padres puede pasar inadvertida por años hasta que se realice un examen oftalmológico. Cuando el niño sobrepasa los siete u ocho años, puede ser tarde para solucionarla.
PREVENCIÓN
Para Jesenia Matos, un examen visual desde los primeros meses es recomendable, ya que desde esa edad comienza a verse cualquier mal funcionamiento.
“La gente no sabe lo importante que es hacerle un examen al niño, es ilógico que un niño se quede ciego por desconocimiento y desinformación. Ahora se están haciendo en los colegios unos operativos en los que se les manda a los alumnos a hacerse exámenes de la vista, pero considero que es una responsabilidad del pediatra, que es quien debe mandar la revisión ocular”.
Considera que tras de una evaluación oftalmológica completa, hay que mantenerse observando al niño después de los tres años aunque no presente estrabismo; el chequeo de la vista es indispensable.
“Ahora bien, si hay una simple alteración aunque tenga meses de nacido hay que llevarlo de inmediato a hacerle un chequeo, ya sea por estrabismo, por secreción o una simple alteración que presente el niño”, comenta Matos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario