Los miedos aparecen y desaparecen en los niños
Algunos miedos llegan a ser perjudiciales al desarrollo del niño, sin embargo hay otros que incluso, pueden hacer con que el niño evite algún accidente: Por ejemplo: miedo al cruzar una calle, miedo de caerse del columpio, miedo a los animales, etc. Son miedos que enseñan al niño a ser más precavido en situaciones que exigen más cuidados.
Según algunos investigadores, los miedos aparecen y desaparecen, y a veces sin darnos cuenta de ello. Y cambian a la medida que el niño va creciendo. Los niños empiezan a tener miedo a las personas extrañas, a objetos raros, a los ruidos fuertes, a la oscuridad, y luego empezarán a tener miedo a la muerte, a los monstruos, a los ladrones, etc. Muchos de estos miedos se ven inducidos por el ambiente externo como las películas, los cuentos, las historias de los amiguitos, y otros están fundados en experiencias negativas en casa o fuera de ella, y de hecho pueden servir a los padres como alarma para identificar situaciones de algún maltrato o abuso a su hijo.
Uno de los miedos más habituales en los niños pequeños es la angustiosa separación de sus padres, el miedo al abandono. Cuando su mamá lo deja en una guardería o con otra persona y se marcha, el bebé o el niño no sabe cuánto debe esperar para volver a verla. Y ahí aparece el miedo a la pérdida definitiva ya que el niño no tiene la capacidad de medir el tiempo. Pero a medida que el niño madura va conociendo con mas profundidad la realidad, y así superará sus miedos. Y no se puede acabar con todos sus miedos porque estos también les permiten a entender el mundo y a sentirse mas seguros en su habilidad para luchar contra el miedo.
Los miedos más comunes de los niños
Los temores infantiles varían según el niño y las situaciones en las que él vive. Pero, por lo general, los miedos son universales. Empiezan alrededor del primer año de vida, y se presentan con mayor incidencia entre los 4 y los 6 años de edad.
En ese periodo, el niño empieza a tener miedo a los insectos, a los animales, a la oscuridad, a las personas desconocidas, a los fuertes ruidos, a juguetes desconocidos, a los truenos y a las tormentas, a la muerte, etc. Conozca un poco más de cada uno de ellos:
Miedo a las personas desconocidas
Es necesario que hables con tu hijo sobre los peligros reales que tiene el hablar con personas a que no conoce. Pero no debes decirle solamente eso. No aumente sus miedos. Trata de enseñarle algunas reacciones para protegerse de los desconocidos. Por ejemplo: no aceptar caramelos, ni regalos, ni dar la mano, o dar un paseo con esa persona. En el caso de que lo obligue a ello, pedir ayuda a policías y dirigirse siempre a quién le está cuidando en ese momento. Transmítale confianza, seguridad, pero enséñale a ser precavido ante las personas a que no conocen.
Miedo a la oscuridad
Este miedo puede estar relacionado a algún cuento sobre monstruos, brujas, que le ha sido mal explicado. Puede también estar relacionado a las pesadillas, a los sueños, o a algún acontecimiento como el cambio de domicilio, también a las situaciones imaginarias, y a muchas más causas. Hay niños que pasan a sentirse mas seguros si dejas alguna luz cercana encendida. Pues no existe nada que se oponga a ello. Si así quiere el niño por una temporada, no hay nada de malo en eso. Luego se le pasará.
Miedo a los truenos y a las tormentas
Cuando haya tormentas, busca cerrar apenas los cristales de la ventana. Deja que tu hijo pueda ver la lluvia, y hágale contar cuántos relámpagos aparecen en el cielo. Siéntate a tu lado y explícale la verdadera naturaleza de los fenómenos. Explícale el porqué de la lluvia, de los relámpagos, del ruido de los truenos, etc. Y fundamentalmente explícale que esos fenómenos son normales y pasajeros. Y que no les hará daño alguno.
Miedo a los animales
Es muy normal que un niño sienta miedo cuando le acerca algún animal que no conoce. Las distancias deben reducirse muy lentamente, sin que el niño se sienta forzado a ello. Sería conveniente que desde una edad temprana ayudara a tu hijo a familiarizarse con los animales, enseñándole fotografías, luego contándole cuentos en los cuales haya animales, bien como documentales sobre cómo viven y se comportan. El proceso es lento, y se debe tener mucha paciencia. Acércate a un perro, por ejemplo, y acaríciale. Luego propongas a tu hijo que haga lo mismo pero cuando le apetezca. Es importante que enseñes a tu hijo que antes de tocar a algún animal desconocido, se debe pedir permiso a su dueño. Solo él sabrá decirlo si puedes acercarte o no al perro.
Miedos nocturnos
Hay niños que solo consiguen conciliar el sueño si está uno de sus padres acostados con ellos o acostados en la cama de los padres. El miedo a dormirse solo puede estar relacionado a otros miedos, como lo de las pesadillas por ejemplo. Evita excitación excesiva antes de la hora de dormir. Y si tu hijo te llama a gritos en mitad de la noche porque tiene miedo a estar solo, acudas a su lado y trata de relajarle con tranquilidad. No adelantará de nada si acudes nerviosa. Háblale del tema y dale muchísimo cariño. Los miedos no son motivos para grandes preocupaciones desde que observes que no interfieren en el desarrollo de tu hijo. Pero si alguno de sus miedos no le deja al niño a que haga una vida normal, es probable que necesite de un apoyo psicológico. Y en ese caso, no lo dudes en hacerlo.
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