Unos horarios y hábitos bien definidos pueden ayudarlos a que sientan más seguros
Hay niños que no pueden dormir sin oír el viejo casete de música suave y calmada. A otros, les encantan que les cuenten cuentos antes de dormir, y otros aún que duermen con solo rascarles la espalda. Todo dependerá de los hábitos que sus padres hayan adoptado y mantenido.
Los bebés generalmente duermen cuando se sienten cansados. Si tienen dificultad para relajarse y quedarse dormidos, o si llora un poco, pero se queda acostado en la cama, trate de hacer silencio o salga del cuarto sin hacer ruido. Pero si continua llorando, ayúdelo a dormirse, aunque sea con un chupete. Costará un poco de tiempo pero si se mantiene el hábito, el bebé se sentirá más seguro y se dormirá.
El niño le gusta más jugar que dormir
A los niños de 1 o 2 años, les gusta jugar más que dormir. Para hacerles dormir en esta etapa, lo mejor es calmarles leyéndoles libros de cuentos infantiles al acostarles. O simplemente cantarles alguna “nana”.
En la edad preescolar lo mejor es relajarles jugando con la imaginación. Pídales que cierren los ojos y se imaginen en algún escenario de la historia que le vas a contar. En un bosque, o en la isla del país de Nunca Jamás, o nadando en el fondo del mar.......
A los niños de edad escolar, la rutina estará muy determinada. Pero eso no quiere decir que un día el niño no vaya a salir con la suya. Lo mejor para relajarles es leerle historias o que las lean ellos mismos.
El ambiente es muy importante a la hora de acostar al niño. La habitación debe tener una temperatura adecuada (17-20ºC), respetando las normas de prevención de la muerte súbita. A partir de los 3-4 meses es conveniente que el niño duerma en su habitación si es posible. De no serlo, es recomendable establecer mediante algún separador el espacio del niño en la habitación de los padres.
La utilización de una ropa de dormir adecuada a la estación también ayudará al niño a conciliar el sueño. Un niño poco o demasiado arropado puede que tenga la necesidad de despertarse por no encontrarse cómodo, y seguramente se sentirá angustiado y irritado.
Si existe la necesidad en el niño de dormir con un muñeco, una mantita, o simplemente con el chupete, hay que respetarle. Muchas veces el niño necesita de algo que le dé más seguridad. Y eso es lo que más necesitan los niños para tener una buena noche de sueño.
Cuando nos preguntan sobre la cantidad de horas que un niño necesita dormir no podemos contestar con exactitud el tiempo requerido, porque el descanso de cada niño varia según su organismo. Es una cuestión de carácter individual. Y dependerá de su edad, actividades, hábitos y costumbres, estado de salud y el ambiente en el cual vive.
Cada persona tiene su propio "reloj" que regula sus periodos de sueño. Sin embargo, si hablamos del sueño infantil de una forma general, se puede seguir una norma, de carácter solamente orientativo:
Horas de sueño de los niños y bebés
- Los recién nacidos, por ejemplo, necesitan de 16 a 20 horas de sueño diario.
- Los bebés, en el tercer mes, necesitan de 14 a 15 horas diarias de sueño
- Los bebés, en el sexto mes, requieren unas 14 horas por día, siendo entre 10 y 12 horas por las noches, y entre 2 y 4 horas de siesta. En esta etapa, si el niño ha sido bien acostumbrado, podrá dormir toda la noche de un "tirón".
- Los niños, al primer año de vida, duermen de 13 a 14 horas diarias, siendo la siesta de una o dos horas.
- Los niños, a los 2 añitos de vida, duermen entre 12 y 13 horas, con una hora de siesta.
- Los niños, a los 3 años de vida, necesitan dormir de 10 a 12 horas diarias.
- Los niños que se encuentran en la etapa escolar, de primer a segundo año básico, necesitarán entre 9 y 10 horas diarias de sueño.
- Los niños entre el tercer y cuarto año básico, de 8,5 a 9 horas.
- Y los niños de quinto a sexto básico, entre 8 y 8,5 horas. Una proporción que se debe mantener hasta la edad adulta.
La calidad del sueño del bebé
Para saber si el niño duerme lo necesario, los padres deben prestar atención a la calidad de su sueño y a los síntomas que puede presentar durante el día. El fisiólogo chileno, Enio Vivaldi, recomienda a que los padres presten atención a los siguientes síntomas:
- El niño se levanta con dolor de cabeza.
- Le cuesta mucho despertar y quiere seguir durmiendo.
- Le cuesta demasiado despejarse.
- Presenta somnolencia diurna.
- Se queda dormido en clases o durante trayectos cortos en el coche, etc.
- Presenta problemas de atención y de conducta en la escuela.
Si los niños presentan estos síntomas y además se muestran mas nerviosos e irritados que lo normal, eso quiere decir que su sueño es insuficiente o que padecen de algún trastorno del sueño. En este último caso se debe buscar a un especialista para que os oriente para regular el sueño del niño.
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