Alrededor de veinte niños de entre 6 y 14 años participaron en varios juegos y charlas informativas realizados por la ONG. A la hora de elegir una comida, la mayoría se decantó por la pasta, la fruta, la tortilla y la carne, y todos coincidieron también al señalar la coliflor como el alimento que menos les gusta.
Entre las pautas más destacadas, los monitores de Cruz Roja aconsejaron a los chavales que no deben saltarse ninguna de las cinco comidas del día, que el desayuno aporta la energía necesaria para estar activo desde primera hora de la mañana, que deben beber como mínimo cinco vasos de agua diarios o que deben cepillarse los dientes después de cada comida.
"Aunque son los padres quienes deciden lo que comen sus hijos, también es fundamental que los niños tomen conciencia de los riesgos que existen si no siguen una alimentación equilibrada. A través de juegos resulta más ameno fomentar el ejercicio físico y que comiencen a tener hábitos saludables en las comidas", afirma Beatriz Ronda.
Además de esta campaña de alimentación saludable, Cruz Roja también ha realizado juegos medioambientales y actividades para fomentar la tolerancia durante los sábados.
La adquisición de hábitos alimentarios comienza entre los tres o cuatro años y se establecen a partir de los once, por ello la infancia es un periodo determinante para configurar un estilo de vida saludable.
Según los datos de la Unión Europea, en las tres últimas décadas se ha producido un notable aumento del sobrepeso en la población infantil. Esta situación refleja el paulatino deterioro de la calidad de la alimentación y la escasa actividad física que se practica y como consecuencia se ha incrementado el número de enfermedades crónicas como la obesidad y la hipertensión, entre otras.
El Mundo, 27/04/08
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